sábado, 27 de septiembre de 2008

CURSO ON-LINE DE FILOSOFÍA PARA NECIOS II

BLOQUE I: AGARRADAS.

TEMA II: "ATOMISMO, CON TU MECANISMO".



(Dalí desnudo, en contemplación ante cinco cuerpos regulares metamorfoseados en corpusculos en los que aparece repentinamente la Leda de Leonardo cromosomatizada por el rostro de Gala, 1954; Salvador Dalí).


Que usté obvie la figura de Leucipo al referirse al atomismo no voy a achacárselo a una negligencia expositiva ni a la más que probable tendencia errática de su discurrir, haré cuenta, simplemente, de que se solidarizó con la escasa paciencia que el “comentarista medio” muestra para con los asuntos de esta índole. Por lo que, en lugar de reprocharle tal “olvido”, ensalzaré su discreción y facultad de síntesis.

Yo, en cambio, no podré seguir su ejemplo y pasar por alto el eleatismo (“todo debe ser uno e indivisible”) de Parménides, pues que en el fragor de la dialéctica que con él establece el pensamiento de Leucipo y, posteriormente, el propio Demócrito, verá la luz el atomismo.

Siendo así lo que resulta de tratar de hacer coherente con la realidad, con el mundo sensible de las apariencias, aquella sentencia, a todas luces huera (como no podía ser de otro modo, ya que se deriva de una deducción lógica, y toda conclusión lógica es tanto más verdadera cuanto menos se acomoda a la realidad sensitiva).

Leucipo, Demócrito y otros filósofos posteriores (no redimidos ni escarmentados), encontraron, finalmente (lo encontraron y suspiraron de alivio), algo a lo que poder describir como “uno e indivisible”, a saber, el átomo. Sin embargo, y porque no se precisan más profundidades para poner en evidencia cuán poco aporta el atomismo al tema que nos ocupaba, la realidad, tal y como la concibe el “atomismo”, en puridazzzzz, se compone de partes, ya que nos habla de la existencia de ese átomo como unidad elemental de los objetos y seres sensibles. Es más, todavía se permite introducir la “nada”, el “no-ser”, el vacío que envolvería esa partícula de materia sólida.

Si aún nos quedasen ganas de ver, fuera de que exista en comunidad y rodeado de “espacio”, el átomo, singular, como lo Uno, dicha unidad habría de hacer frente a la crítica que ya se expuso. Hasta qué punto no se trata el átomo de la reunión de partes de átomos, innominadas, y vinculadas por el término/convenio “continuidad”.

Nótese que: 1. la indivisibilidad no es requisito suficiente de lo Uno y 2. sentenciar que algo es “uno”, y no más, no admite comprobación posible, estaríamos frente a un “principio”, no frente a una deducción.

Ejemplo para necios: una bicicleta es indivisible, si le sustraemos una rueda ya no es una bicicleta, es una “bicicleta sin rueda”, no obstante, la bicicleta se compone de partes.

Pero como dice la caricatura de John Lennon cuando ve a los solfamidas tocando en la cubierta del Badulaque: “eso ya se hizo antes”. Particularmente el "atomismo" tendrá que enfrentar esa fe en la "unidad del átomo", con toda la física moderna y, en especial, la física cuántica.

Pd. Yo, más exigente, no le ahorro quebraderos de cabeza al comentarista pero le ofrezco la daga para que acabe con su sufrimiento: “Unidad” o “Partes”, no cabe discusión alguna, más allá de la depuración lingüístico-semántica de los términos.

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